· Evaluación neurológica completa.
· Medición del perímetro cefálico.
· Signos de aumento de la presión intracraneal.
· Electroencefalograma, TAC y resonancia magnética.
· Estudios de laboratorio y de liquido cefalorraquídeo.
· Descripción de las convulsiones.
VALORACION DEL PATRÓN COGNITIVO-PERCEPTUAL.
Función neurológica.
- Historia clínica. Antecedentes: familiares, preconcepcionales, prenatales y postnatales.
- Estado de conciencia: escala de coma de Glasgow.
- Función motora: extensión, flexión, abducción, aduccion y rotación.
- Pupilas: tamaño, forma, simetría, reacción y función.
- Signos de aumento de la presión intracraneal.
- Signos vitales: temperatura, pulso, respiración y tensión arterial.
- Posturas, conducta y reflejos.
Signos de aumento de la presión intracraneal.
Lactantes:
Ø Fontanela abombada y tensa, ausencia de pulsaciones normales.
Ø Separación de suturas craneales.
Ø Signos de maceum.
Ø Irritabilidad.
Ø Llanto estridente.
Ø Venas dilatadas en la cabeza.
Ø Alteración de la alimentación.
Ø Perímetro occipito frontal aumentado.
Ø Signo de puesta de sol.
Niños:
Ø Cefalea.
Ø Nauseas.
Ø Vómitos, a menudo sin nauseas.
Ø Dipoplia, visión borrosa.
Ø Convulsiones.
SIGNOS DE PERSONALIDAD Y CONDUCTA.
- Irritabilidad (niños de 2-4 años) inquietud.
- Indiferencia, somnolencia o falta de interés.
- Descenso del rendimiento escolar.
- Disminución de la actividad física y de la eficacia motora.
- Quejas de fatiga y cansancio.
- Perdida de peso significativa, probablemente por anorexia y vómitos.
- Amnesias, si la presión intracraneal esta muy incrementada.
- Incapacidad de obedecer ordenes.
- Progresión hacia la letargia y la anorexia.
- Disminución del nivel de conciencia.
Diagnósticos de enfermería.
o Infección o riesgo de infección.
o Desequilibrio nutricional por defecto.
o Riesgo de deterioro de la integridad cutánea.
o Temor.
o Afrontamiento familiar ineficaz.
o Riesgo de lesión craneal y neurológica.
Objetivos:
Prevenir infecciones.
Prevenir lesiones físicas.
Apoyar emocionalmente al niño y a los padres.
Cuidados preoperatorios.
Sostener la cabeza del niño al levantarlo o movilizarlo.
Cambiar de posición frecuentemente.
Medir perímetro cefálico todos los días.
Colocar un cojinete en forma de dona en la cabeza.
Proporcionar alimentación parenteral si se comprueba que no hay función intestinal y urinaria.
Control estricto de líquidos.
Alimentar por vía oral o sonda nasogástrica.
Vigilar signos de aumento de la presión intracraneal.
Vigilar signos vitales.
Contribuir a la detección de otras malformaciones.
Preparación y apoyo para las pruebas diagnosticas.
Cuidados postoperatorios.
Bombear la válvula.
Seguir midiendo perímetro cefálico y abdominal.
Vigilar signos de presión intracraneal, infección local o neurológica.
Detectar presencia de convulsiones.
Colocar al niño en posición plana u horizontal.
Verificar permeabilidad de la válvula.
Colocar al niño sobre el lado no operado.
Cuidados meticulosos de la piel.
Proporcionar alimentación: oral, forzada o parenteral.
Fomentar el contacto físico.
Cuidados de seguimiento.
Enseñar a los padres sobre cuidados de la válvula, signos de infección y aumento de la presión intracraneal.
Orientar sobre las actividades que puede realizar el niño y evitar la sobreprotección.
Indicar que el niño evite los deportes de contacto.